Artículo de Rafael Langoni- Profesor argentino.
Artículo de Rafael Langoni- Profesor argentino.
Me llamo Rafael Langoni, apasionado profesor de inglés con más de 10 años en la enseñanza de esta lengua extranjera de forma presencial y virtual. Desde que era muy pequeño tenia interés por otras lenguas y quería conocer otros lugares y culturas. Es por eso por lo que me dediqué de lleno a ser bilingüe, y en 2008 viajé a EE. UU donde viví por algunos meses.
Actualmente estoy casado y tengo dos maravillosos hijos pequeños. Soy amante de la buena lectura -leo de todo- y de la escritura, también me gusta hacer ejercicio al aire libre, y ocasionalmente me dedico a la jardinería. Y por supuesto -como todo buen argentino- me gusta el fútbol y soy fan del club Boca Juniors.
Lo que me motivó particularmente a escribir este artículo fue el deseo de mostrar al mundo, o al mayor número de lectores posibles, una porción de mi Patria. Comúnmente se conoce a mi país por su capital Buenos Aires; sin embargo, existen un sinfín de destinos y costumbres a lo largo y ancho de este gran territorio. Por ende, si eres amante del río y las playas, el bosque y una gastronomía increíble, no debes dejar de visitar la provincia de Entre Ríos, ubicada en el litoral de Argentina. Un lugar ideal para reconectarse con la naturaleza y reencontrarse con uno mismo, la familia o los amigos.
Está situada al norte de la provincia de Buenos Aires, a apenas unas 3 o 4 horas del Aeropuerto Internacional de Ezeiza por la Autovía Nacional N°14. La provincia está atravesada por dos grandes ríos, el Paraná y el Uruguay, dejando a su paso innumerables islas y playas, ideales para disfrutar de un día tranquilo y relajado rodeado de la flora y fauna propia del lugar. La mayoría de estas son públicas, por lo que se las puede visitar el tiempo que se desee, y algunas cuentan con servicios de cantinas y baños portátiles. La navegación por estos ríos -en especial el Uruguay- es una experiencia única y conmovedora, que nos permitirá tomar unas fotografías espectaculares y distendernos con una fabulosa puesta del sol.
Además, si no se cuenta con una embarcación propia, hay servicios de transporte acuático -el más conocido es el llamado “catamarán”- que ofrecen paseos y excursiones por algunas horas a precios relativamente económicos. También, existe la posibilidad de alquilar equipos para hacer deportes acuáticos -principalmente en verano- como el windsurf, esquí náutico, moto de agua, canotaje, kayak o parapente, entre otros.
Asimismo, si se tiene interés en la pesca deportiva, hay embarcaciones que proporcionan todo lo necesario, tanto si eres principiante o experimentado en esta actividad. Una de las más conocidas y recomendadas es la pesca del “Dorado”. Esta es, indudablemente, una de las principales ofertas turísticas de la región, debido al gran número de ríos, lagos y arroyos que bañan las costas del territorio Litoral. De más está mencionar que está prohibido el consumo personal de estos animales, y las autoridades locales multan severamente a quienes no los devuelven al río. Es crucial la devolución de los peces de una manera cuidadosa a su lugar de origen, permitiendo de esta forma la preservación de la especie y una mayor conciencia responsable de la sustentabilidad del medio ambiente. Lo que sí está permitido es mantenerlos en la embarcación unos pocos minutos para tomarnos una memorable fotografía y así conservar vivo el recuerdo.
Por otro lado, si lo que se busca es un momento de relajación y spa en un lugar sereno y equipado con todos los servicios necesarios para el turista, la provincia cuenta con complejos de agua termal en casi todas sus ciudades principales. Tal es el caso de Concepción del Uruguay, Gualeguaychú, Colón, Villa Elisa, Chajarí y Federación, siendo este último uno de los destinos más elegidos para vacacionar debido a las altas temperaturas naturales de sus aguas, ideales no solo para sosegar el cuerpo sino también con múltiples beneficios para la salud. La única desventaja de estos lugares es que encontrar alojamiento cerca puede resultar una tarea no tan fácil y práctica, gracias al gran número de turistas que concurren año tras año. Dicho esto, todos estos centros vacacionales cuentan con parques acuáticos, lagos artificiales, piscinas, bares y restaurantes, ofreciendo un sin número de actividades para todas las edades y preferencias.
Además de las extensas e increíbles playas de agua dulce, la provincia cuenta con abundantes espacios verdes, aldeas y estancias, perfectos para descansar y sobrecogerse con el sonido de los animales y la vista de un campo con belleza autóctona. Con sus diversas tonalidades y texturas, el Espinillo, el Ñandubay, el Ceibo, el Algarrobo y el Quebracho son algunos de los árboles y arbustos más comunes que adornan el amplio territorio entrerriano, convirtiéndola sin lugar a duda en una meca de la relajación física y el sosiego mental. Sin embargo, no solo cabe mencionar sino también ubicar en el primer puesto, a uno de los paisajes silvestres que se destaca por su exuberante vegetación y característica fauna, el Parque Nacional El Palmar. Ubicado a unos 379 Km de la capital del país, El Palmar cuenta con más de 8.200 hectáreas que albergan los emblemáticos palmares de Yatay, junto a diversos ambientes ribereños y ecosistemas acuáticos de importancia internacional. Esta área no solo es refugio de la hermosura de la naturaleza sino también de la historia, en la que se destacan las ocupaciones de los pueblos aborígenes originarios y posteriormente la de los jesuitas. La entrada al público en general no es relativamente cara -puede valer alrededor de 12 USD por persona dependiendo la época del año- y dentro de las actividades más comunes encontramos el observatorio de aves, senderismo y travesía, y las excursiones terrestres y fluviales.
Desafortunadamente, si se está considerando visitar este atractivo turístico se deberá tener en cuenta algunos aspectos negativos. Por ejemplo, aunque el complejo ofrece diferentes actividades al descubierto, la oferta no es tan grande si lo comparamos con otros parques nacionales en Argentina. Tampoco se está libre de la aparición repentina de especies exóticas como serpientes, culebras, lagartos o jabalíes, que pueden presentar un contratiempo para visitantes desinformados -aunque mayormente estén controlados por los guardaparques. El clima también puede ser una desventaja, particularmente en verano, ya que se alcanzan temperaturas extremadamente altas y mucha humedad, lo que dificulta la realización de largas caminatas y la exposición al sol. Y, para aquellos que no disponen de un transporte propio, llegar al sitio también puede resultar un inconveniente, ya que está bastante alejado de las ciudades principales y no dispone de muchos buses públicos disponibles.
Por último, aunque no menos importante, mencionaremos los más destacados restaurantes y senderos artesanales, los cuales garantizan una experiencia gastronómica única para saborear y recordar. Mientras realizamos diferentes paseos por la zona y la cultura entrerriana, rápidamente nos toparemos con ferias de platos, puestos de productos regionales, restaurantes, cervecerías y parrillas, englobadas en lo que se conoce como la famosa “ruta de los sabores y aromas”. Cada lugar tiene elaboración de comida propia o “casera”, usando la materia prima de la región y las recetas típicas heredadas de nuestros abuelos inmigrantes -italianos, alemanes y rusos en su mayoría.
Absorbidos en este recorrido por las sutilezas culinarias, los manjares locales que el viajero encontrará en las diversas ciudades resultan irresistibles: el asado criollo y el asado con cuero -siendo esta última una técnica tradicional argentina-; la cocina a base de pescado fresco a lo largo de la costa del Paraná y del Uruguay, como la boga, el dorado, el pacú y el surubí; el clásico alfajor entrerriano; las tortas fritas o asadas en cualquier puesto del pueblo; los productos elaborados con nuez y miel; el licor de yatay; los dulces y escabeches; así como los salames, fiambres, embutidos y quesos de todo tipo y maduración.
También se han popularizado, gracias a la influencia de la inmigración europea, los platos internacionales que se pueden disfrutar incluso en los más modestos comedores de la región: la especialidad piamontesa bagna cauda; la gastronomía alemana, que incluye los kraut pirok; los vinos tintos y “pateros” dulces; las pastas italianas con tuco y salsa boloñesa; la repostería europea; y los chocolates suizos, que son solo algunos de los deliciosos ejemplos.
Este arte culinario efímero convive con las artesanías locales, formando parte de la identidad del pueblo entrerriano. Así, se convierten en recuerdos los mates y bombillas -infusión típica del país con yerba y agua caliente-, las piezas de cuero, los utensilios y adornos tejidos, las piedras valiosas trabajadas o en colección, los objetos de madera, la cuchillería y todo lo que proviene de la creatividad local de los artesanos. Es una opción llena de sabor y significado, donde el pasado se manifiesta en el presente a través de las raíces inmigrantes y aborígenes, y la experiencia se ofrece al turista como una síntesis de su estadía en el lugar. Pero hagamos un recorrido por los lugares más destacados a la hora de disfrutar un almuerzo o cena agradable.
Primero, uno de los lugares más típicos y reconocidos de los argentinos a nivel mundial son las “parrillas”. Estos comedores ofrecen carne vacuna o porcina asada a la parrilla. Se puede optar por distintos cortes o puntos de cocción, por si se prefiere el bife bien cocido o a término medio. Estos lugares no son tan económicos a la hora de comparar con otros platos y locales, aunque se come abundantemente, y no es necesario reservar previamente. Algunos locales también ampliaron su menú, brindando otras opciones para los veganos y/o vegetarianos. Cabe mencionar que en esta parte del país se sirven carnes con un tipo de sabor particular debido a su alimentación y pasturas. Si nos dirigimos a otro sector -como el sur del país- la textura y el sabor de estos alimentos van a diferir considerablemente, como es el caso del renombrado “cordero patagónico”.
Segundo, y ganando cada vez más popularidad entre las ciudades grandes y pueblos, son los “bodegones”. Estos son una clase de restaurantes no tan formales, ambientados con la infraestructura y decoración de época, y sirviendo productos frescos, regionales y de muy buena elaboración. El plato estrella, sin duda alguna, son las “empanadas”. Nuevamente, como se mencionó anteriormente con los tipos de carnes, se pueden encontrar de diferentes sabores y clases dependiendo de la región geográfica del país en la que nos encontremos. Básicamente, su elaboración es a base de masa y relleno -el cual puede variar desde carne y pollo hasta opciones más veganas- y se pueden cocinar al horno o fritas. Igualmente, estos encantadores y acogedores rincones tienen en su carta todo tipo de comidas y bebidas locales, manteniendo una excelente relación precio-calidad.
Tercero, otro de los lugares más concurrido por los argentinos y turistas, por su relación precio-calidad y buen ambiente, son las pizzerías. Actualmente se pueden encontrar estos sitios muy fácilmente -en cada cuadra céntrica o periférica se podría decir- debido al gran legado que los inmigrantes italianos dejaron en nuestras costumbres y cocinas. Diferentes tipos de pizzas y tamaños, acompañados de buena música y cervezas artesanales de elaboración propia, son la marca patentada que estos lugares han sabido registrar. La única desventaja es que, debido al alto consumo de calorías, grasas saturadas y sodio -y alcohol- en estos espacios, los convierten en una de las opciones menos saludables y más limitantes en algunos casos.
En cuarto y último lugar, se encuentran las heladerías. No se puede visitar Argentina -en especial Entre Ríos- sin deleitarse con uno de estos postres congelados hechos a base de leche, crema y azúcar. Y primordialmente, no se puede dejar de probar el clásico sabor que cautiva tanto a los residentes como a los extranjeros, el “dulce de leche”. En estos últimos tiempos, las heladerías no solo han perfeccionado su elaboración y presentación de los helados, sino que también han ampliado sus espacios y servicios, convirtiéndolos en verdaderos puntos de recreación para toda la familia. Además, ya no solo se limitan a servir este delicioso manjar, sino que la mayoría adoptó el complemento de cafetería y meriendas. Los únicos dos contratiempos que se pueden encontrar -especialmente en temporada alta de verano- son las largas colas de espera para ser atendido y los precios. En comparación con otros tipos de postres, el helado puede ser bastante caro, especialmente en heladerías de renombre que ofrecen elaboración artesanal.
En resumen, esta es una breve descripción de una porción de mi “patria”. Entre Ríos es un destino perfecto para quienes buscan una mezcla de relax, naturaleza y cultura. Este es un verdadero tesoro escondido en Argentina, donde la diversidad de paisajes, la calidez de su gente y la riqueza cultural se entrelazan para ofrecer una experiencia inolvidable. Ya sea que busques relajarte en sus termas, disfrutar de la abundante naturaleza o sumergirte en sus tradiciones, esta provincia te promete aventuras y recuerdos que perdurarán en el tiempo. Ya sea navegando por sus aguas, degustando sabores locales o participando en sus festividades, cada rincón de “La Mesopotamia” tiene una historia que contar. Ven y descubre por ti mismo por qué esta joya del litoral argentino merece un lugar en tu lista de viajes.
Saludos,
Rafael Langoni
__________________________________________________________________________
Este artículo fue escrito por Rafael Langoni para Traveossa. Todos los derechos reservados.
No se permite copiar o publicar en otras plataformas sin permiso previo por escrito.